CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

martes, 11 de marzo de 2008

El cisne cazado

Leda, esposa de Tindareo de Esparta, había cautivado el corazón de algunos dioses del Olimpo quienes pensaban su estrategia para poder seducirla, pero el más rápido y astuto fue Zeus quien apresuradamente se dirigió junto al río Eurotas, donde se encontraba Leda paseando, convertido en un cisne manso (Como ya bien se sabe uno de los atributos más sorprendentes de Zeus es su capacidad para transformarse en cualquier forma que elija. En sus seducciones de mujeres humanas, a menudo las atrae con la forma de algún animal grande pero manso y finalmente cuando lo acarician, las domina y las viola). Su intención principal, como ya lo ha sido otras veces, fue la de un goce y disfrute personal.

Una vez en el lugar fue observada por nuestra protagonista quien no dudo ni un instante en acercarse y poder acariciarle. Esta, a pesar de extrañarle, le resulto muy agradable el tiempo que estuvo junto a el recitando poemas de amor para su marido que de pronto apareció por el lugar. Consecuentemente Zeus no decidió arriesgar ni revelar su auténtica identidad ante Tindareo que junto con Leda se marcharon a su aposento. Al día siguiente se encontraba Leda de nuevo paseando junto al ario Eurotas en busca del cisne, pero no fue a este a quien encontró si no a Poseidón, también enamorado de ella, quien le advirtió sobre las intenciones de Zeus. Atónica y perpleja no tuvo palabras para expresar lo que había escuchado y por consiguiente, junto con Poseidón ideo un plan para tenderle una trampa a Zeus. Este, como ya había hecho, tras varias horas de marcharse Poseidón, se volvió a encontrar a Leda en aquel maravilloso lugar. Esta vez intento violarla pero justo en el momento de llevar a cabo la acción apareció Poseidón junto con tres de los dioses del Olimpo quienes le tendieron una trampa. Entre ellos derrotaron a Zeus y lo condenaron a ser un vulgar mortal el resto de sus días. Poseidón, el cabecilla de la trama, posteriormente ocupo el puesto de este, obteniendo los poderes que tenía y ofreciéndole a Leda la inmortalidad y nueva reina del Olimpo. Esta indecisa por la elección entre su esposo, que amaba, y Poseidón, que le atraía sexualmente pero no sabía si seria correspondido, decidió irse con este último pero si se comprometía convertir a Tindareo en un dios más. Concluyentemente se aceptaron las condiciones pues hasta bien les venía la entrada de un nuevo dios para ocupar el puesto que Poseidón había dejado y este pudo al fin vivir con quien más amaba.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen relato, muy personal y totalmente novedoso. Un saludo. Ricardo.