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miércoles, 23 de enero de 2008

EL ORIGEN DEL UNIVERSO

En primer lugar, existió realmente el Caos. Luego Gea, de ancho pecho, sede siempre firme de todos los Inmortales que ocupan la cima del nevado Olimpo; (en lo más profundo de la tierra de amplios caminos, el sombrío Tártaro), y Eros, el más bello entre los dioses inmortales, desatador de miembros, que en los pechos de todos los dioses y de todos los hombres su mente y prudente decisión somete.

Del Caos nacieron Erebo y la negra Noche. De la Noche, a su vez, surgieron Éter y Hémera, a los que engendró como fruto de sus amores con Erebo.

Gea primeramente dio a luz al estrellado Urano, semejante a ella misma, para que la protegiera por todas partes con el fin de se así asiento seguro para los felices dioses. También alumbró a las grandes Montañas, agradables moradas de las Ninfas que habitan los abruptos montes. Asimismo trajo a la luz el estéril mar, de impetuosas olas, el Ponto, sin el deseable amor.

Después, acostándose con Urano, engendró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Japeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febe, coronada de oro, y a la amable Tetis. Después de éstos nació el más joven, el astuto Crono, el más temible de los hijos, y se llenó de odio hacia su vigoroso padre.

sábado, 19 de enero de 2008

Introduccion a la Mitologia Griega


La mitología griega fue una de las primeras en desarrollarse en nuestro mundo. Los griegos tenían dioses para todo, y los veneraban de diferentes maneras en diferentes partes de Grecia. Los dioses griegos eran vengativos y violentos cuando no se hacía lo que ellos querían. Para seguir en sus condiciones de inmortales, ellos tenían que comer ambrosía, una especie de ensalada de fruta que era exclusivamente para ellos. Ningún mortal podía siquiera pensar en comer de ese manjar sagrado, pues sería castigado terriblemente. Los dioses sentían cierta apatía por los seres humanos, los consideraban inferiores y sus esclavos. Por eso cuando Prometeo les dio el secreto del fuego, los dioses se enfurecieron ya que nunca más tendrían el control sobre los humanos.